Cartel promocional con Adele y Simon (Canal+) |
Hace unas semanas comenzó en Estados Unidos la serie Resurrection, sobre gente que vuelve a la vida, pero no como zombies normales, sino como si no hubieran muerto. Con la polémica que hubo al respecto sobre su similitud a la francesa Les Revenants, me propuse seguirla y, de paso, ver de una maldita vez la francesa. Creo que ya han pasado suficientes capítulos para poder comentarlas.
Sobre la francesa sólo puedo decir que me pone los pelos de punta desde el primer capítulo. El maldito niño me da una grima terrible y no puedo esperar a 2015 para ver la segunda temporada. El problema es que es muy poco creíble, tanto en reacciones de algunos personajes como en lo que voy a dar en llamar el «síndrome de Springfield» o esa pequeña ciudad con envergadura suficiente para tener una biblioteca mejor que la de mi barrio en la que sólo hay tres docenas de habitantes -tocan a 20 casas por cabeza-, todos se conocen, pero sólo cuando les interesa... y cosas así. Hay más gendarmes que habitantes, o es que todos los habitantes son tontos menos los protagonistas, por supuesto «emparentados». Aún así, no se entera nadie de fuera de lo que está pasando. En fin. Si no fuera por eso, sería una serie «ferpecta».
Sobre la americana, parece por ahora una versión descafeinada para la tele pública de un guión interesante en el que sólo me surge una duda. ¿A qué coño viene que el niño, y sólo el niño, aparezca en China? Por lo demás lleva un buen camino, alejado de la versión francesa. No se parecen, o no se parecen tanto.
La francesa es un drama de miedo. La música te pone en contexto y va haciendo las preguntas propias de una serie de misterio, ¿de dónde vienen? ¿Por qué comen animales crudos? ¿Por qué sólo vuelven algunos? ¿De qué va lo de la presa? ¿Quién es...? Paro que al final me meto en spoilers. Por supuesto, la serie no ha respondido absolutamente nada y eso me enerva, porque como al final no lo haga voy a perder la fe por las series de misterio. La americana es un drama a secas. No te da miedo ni la música y aunque hace también algunas preguntas no son tan existenciales. En común, la importancia del agua y el hambre (y un par de detalles que no desvelo por respeto a quien no las haya visto). Suficiente para sospechar, porque son temas centrales y hasta la novela en la que se basa la americana -aunque poco parecen tener que ver- es de después de la película francesa y la serie. Pero bueno, no seré yo quien le quite imaginación a los guionistas norteamericanos.
Si no habéis visto la francesa, yo esperaría al año que viene, con la segunda temporada en las manos, para empezar. Espero que la próxima temporada se acabe, porque esta primera te deja muy buen sabor de boca pero demasiados cabos sueltos. La americana es prescindible, sobre todo ahora que vuelven los pesos pesados del cable, pero no hace daño si os aburrís.
Por ahora os dejo con la intro de la francesa y con una canción de Los Enemigos.
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