sábado, 20 de diciembre de 2014

#Estreno - Black Mirror is back!

Hamm en el especial de Navidad de Black Mirror (4)
Si, lo sé, tengo este blog abandonado... pero algún día... algún día volveré. Simplemente no he tenido tiempo de ver todo lo que querría, ni de escribir lo que tenía que escribir. En el tintero se me queda la cuarta temporada de Homeland y su vuelta a la calidad, el final de Sons of Anarchy, unos cuantos años tarde, un par de estrenos fallidos como State of Affairs, que merece un post y mucho más.
Pero si hay algo a lo que no me podía resistir de ninguna manera, a pesar de los ademanes antipiratería del gobierno, era a la vuelta de Black Mirror.
Esta Semana Santa lo pasé mal, porque no venía. El martes por fin vino y acabo de terminar de verlo. Una vez más, el futuro nos da una bofetada de tecnología. Y aunque ya no me ha parecido tan impredecible como antes, aún ha tenido un par de toques de reflexión y shock.

***SPOILER ALERT***

Y desde aquí empezamos. 
A nivel dramático, sigue en lo más alto. Buenos actores, buena interpretación, buena dirección, buen montaje, genial guión... eso es ya la norma de una serie que nos tiene acostumbrados a la calidad. Parece mentira que de tan poco (tecnología y redes sociales) se esté sacando tanto. Esta vez tiene que ver con dos conceptos geniales; el bloqueo y la inteligencia artificial. Quiero pensar que todo esto es ciencia ficción y nunca llegaremos a ello. Lo malo es que algo parecido ocurrirá, o ya está ocurriendo. Hace una semana, Google sabía donde iba a dormir durante mi viaje a Vitoria sin que yo hubiese hecho ninguna reserva. Estamos controlados y no me cabe duda de que alguien, algún día, podrá vernos. Ya no puedo mentir a mis padres o a mi entrenador personal, porque si quisieran, o supieran, mi teléfono les diría la verdad. Así de triste.
Lo que creo es que jamás me implantaría algo en mi mismo... Lo siento, eso me parece ya demasiado. 
En este futuro distópico, todos llevamos algo en nuestros ojos que graba, fotografía, emite y hasta bloquea. Que te bloqueen en Facebook o Twitter es una cosa, pero que te bloqueen en la vida real, alterando incluso tu percepción, es muy fuerte. A lo largo del capítulo hay varios bloqueos y es algo que impresiona. Pero lo que más impresiona es la capacidad de rescatar a nuestros yo en un aparato con vida propia al que se doma con tácticas de tortura propias de la CIA en sus mejores años. 
A pesar de mi falta de empatía, entiendo que hay ciertas cosas faltas de sentido o de ética. Torturar a un programa informático, por mucha conciencia que tenga, no tiene sentido. ¿Saben los consumidores lo que se hace con sus miniyos? Supongo que nunca son conscientes de que son ellos mismos en una máquina. El final del capítulo es demencial... una condena de un millón y medio de años en la nada, con música navideña. O el bloqueo completo. A todos. De todos. ¿Merece la pena vivir sin poder interactuar con nadie, ni siquiera en la red? No sé cuál de las dos es más cruel. Pero sobre todo, no sé cuál de los dos delitos es más estúpido...
Ya sé que estos spoiler son muy gordos, lo he avisado, pero hacia la mitad del capítulo ya me imaginaba qué iba a pasar, así que no os estoy ahorrando el shock de verlo. Yo sólo espero que esto nunca sea realidad. Y que si alguna vez lo es no nos obliguen. Yo espero ser uno de esos raros sin gadget (aunque ahora sea un repelente), porque hasta Her llego, pero hasta Black Mirror no.
En Abril quiero visitar Google... Miedo me da.

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